viernes, 15 de agosto de 2008

12: 08 Bucarest - "Cada uno hace la revolución que puede"

No eran precisamente las 12:8, sino más bien las 8:15 del jueves 7 de agosto en que acudimos con unos amigos a ver una de las primeras películas que proyectaron en el Festival de Lima. La escogida era Bucarest, un film rumano del 2006 dirgido por Corneliu Porumboui que aparenta en sus primeros minutos ser un drama, pero termina siendo una ironía, una película llena de un humor muy bien trabajado, elegante, que emerge risas en los espectadores desde situaciones cotidianas. Pero quedarse en las risas desfasadas provocadas por la película sería muy superficial, Bucarest encierra una realidad mucho más profunda, en su argumento hay un prefacio que de alguna forma nos va presentando a tres personajes que serán los que aparecen en un set de TV (con recursos muy precarios) para hablar sobre la caída del régimen comunista de Nicolae Ceausescu, acontecimiento del 22 de diciembre de 1989. Y sobre cómo este tipo de etapas afectan tanto la vida de las personas, teniendo incluso que marcar un antes y después de las 12: 8 (hora en que Ceaisescu escapó del palacio y por lo tanto representa el fin del régimen).
Si bien el film se denomina "Bucarest" los personajes de la historia nisiquiera pertenecen a la capital rumana, sino a un pueblito llamado Valsui. Dichos personajes, las situaciones y la relación entre ellos son los que brindan el toque de humor y picardía. Se halla por un lado, el señor Piscoci, un viudo viejito que solía hacer de Papa Noel durante las celebraciones navideñas, es sin duda alguien con gran magnetismo en su interpretación; por otro lado, tenemos al señor Manescu, un profesor de historia, endeudado y aferrado a las bebidas alcohólicas; ambos son invitados por un "periodista" que en realidad es un ingeniero textil que prepara parte de su discurso con frases de Heráclito y Platón que encuentra en un diccionario añejo de su casa. La situación se torna hilarante cuando frente a los argumentos de Manescu de haber participado de la revolución desde Valsui antes de las 12 y 8, las llamadas del pueblo empiezan a "enterrar" todo lo que dice el profesor de historia y a encararle su pasado dionisiaco, mientras esto sucede el señor Piscoci, aburrido de no intervenir, empieza a hacer barcos de papel. Y por si ya no fuera demasiado, el trípode de la cámara del estudio está malogrado y los encuadres son desenfocados y mal ubicados, además el camarógrafo inexperto no sabe en qué momentos hacer planos conjunto o primeros planos.
Sencillamente me encantó la película y la visión de Porumboui de mostrar este tipo de eventos de una forma distinta, uniendo una reflexión muy profunda a una absurda, cómica, muy interesante.

Para ver el trailer:
http://www.youtube.com/watch?v=NOeYZH9FHDc

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