martes, 27 de abril de 2010

Vientos del pasado

Y pensar que pensábamos en lo mismo mientras estábamos en la sierra. Si uno pudiera llamar a las personas con el pensamiento, con una pestañada (como dice una amiga mía), tal vez todo sería más fácil. Lo vio después de tanto tiempo y le había gustado tanto, le había dejado una gran huella como persona.
Esa noche por fin encontré respuesta a muchas preguntas que rondaban mi mente, preguntas abiertas que por fin habían encajado con las situaciones, personas, momentos, lugares, etc.
-¿Por qué no me llamaste luego? Aún pensaba en ti...
-Es que no había conexión, solo por las mañanas, cuando hablaba contigo, y bueno como que las nueve de la mañana no era la hora más romántica. Sin embargo, cuando hablaba contigo te quedabas conmigo todo el día.
Ambos se miraron y sonrieron, pero ahora ambos estaban en otra "situación". Lo que les daba un poco de curiosidad eran interrogantes como ¿que habría pasado si...? ¿y si yo hubiera hecho esto o aquello? ¿qué pasaría si...?

"Confesiones de otoño"

Los días pasan, lo que en un inicio era tan pesado, se ha convertido en algo llevable, la vida continúa y todo tiene sus subidas y bajadas. Conocí una suerte de ángel, creo que he sido muy afortunada con eso (él es mi buena estrella, como versa una canción de Caroline Cruz).

Tomamos dos fotografías, solo que la de él era minimalista y la mía era barroca, clásica. Yo dije: el tiempo no es un problema; él dijo: sí, sí lo es. Yo sé como andas de tiempos, por eso te canté: tu cuerpo puede estar ausente pero que tu alma esté al final del puente-nuevamente canción de Caroline. Cada uno tiene distintos enfoques y por eso nos complementamos tan bien. Siempre que te veo con los niños me pareces tan tierno. La voluntad nos une, estar lejos y cerca de lo que queremos, eso lo comprendo.

Estallaste cuando te dije que me iba temprano (¿estabas celoso?), pero no hubo mala intención de por medio. Fue porque me tomaba regular tiempo para encontrarme con una amiga que no veía hace tiempo para ver una película (que terminó siendo un documental sobre Manu chao).

Y te escapabas para verme, y comprabas una pasta dental, y yo iba a prisa con la bicicleta por solo verte esos cinco o diez minutos. Nos mirábamos, sonreíamos, disimulábamos. Es increíble sentir esas mariposas en el estómago.
Caminamos por unas casonas, ellas nos han visto, nos escondieron con esa brisa barranquina de noche de casa de cartón. Pero solo yo he visto que esconden tus ojos (muy bellos por cierto), tu pelo. Decimos algo, y hacemos otra cosa, si te miro a los ojos no resisto, en fin. Recuerdo fragmentos de la canción que me dijiste que escuchara cuando te conocí: no sé quién eres, no sé qué será, lo aprenderemos solo viviendo.

Por ahora tú tomas espreso y yo, capuccino...